Psicología del Fitness

“En nosotros todos los estados de conciencia son causas de manera inmediata por cambios moleculares de la sustancia cerebral. Nuestras condiciones mentales son simplemente símbolos en la conciencia, de los cambios que tienen lugar automáticamente en el organismo. En otras palabras, los procesos mentales son expresiones de la funcionalidad del cerebro.”

— Thomas H. Huxley

SOBRE LA IMAGEN CORPORAL

La proyección de nuestra imagen es una forma de comunicación, es la forma y el canal donde la persona se hace con los otros. Los cambios en estructura y esencia producirán modificaciones profundas tanto a nivel individual como en las sociedades. 

¿CUÁL ES EL IMPACTO SOCIAL DE LA IMAGEN?
¿PODEMOS CONOCER ESTE PROCESO PARA ACTUAR EN FUNCIÓN DE POTENCIAR NUESTRAS CAPACIDADES COMO PERSONAS Y COMO SOCIEDAD?

Las imágenes se asocian con el arte, la creatividad y el aprendizaje. Muchas personas aprenden mejor con imágenes, son visuales, esto muestra la importancia de la imagen en el pensamiento y la racionalidad. Las personas solemos hacer muchas cosas por razones de las que no somos conscientes, porque la conducta se produce mediante mecanismos cerebrales que funcionan inconscientemente. Una de las tareas principales de la conciencia es hacer que la vida del individuo sea coherente, creando un concepto del yo. 

El hemisferio derecho conoce básicamente a partir de imágenes, las cuales impactan en las emociones. Una de las funciones importantes de la emoción es grabar en el cerebro lo que es más importante, convirtiendo a la emoción en un elemento sustentador de la capacidad adaptativa de aprendizaje. La imagen que conecta de manera inevitable con la emotividad, puede utilizarse para despertar la racionalidad. 

¿CUÁL ES EL PROBLEMA?

La saturación de imágenes en el mundo cotidiano, cuyo objetivo principal es vender, procurando impactar con imágenes en las emociones primarias, desde un ámbito no consciente, zonas reprimidas de nuestra naturaleza. 

Estas imágenes afectan en los procesos de identificación y proyección. 

Los personajes en los que nos proyectamos responden a características compensatorias de la problemática personal, favoreciendo mecanismos de defensa como la negación y la idealización, ante sensaciones de soledad y angustia, agresión mal manejada e incluso problemas físicos. Emociones, necesidades básicas de afecto son satisfechas por sueños despiertos ante estas imágenes proyectivas. Es aquí donde la imagen cumple más fuertemente su papel de puente hacia las emociones, ya que manifiesta las carencias y el mecanismo con que se le compensa, buscando restablecer el equilibrio interno, es decir, orientan la conducta. 

La percepción que tenemos de nuestra imagen en comparación con la de los medios produce un alto grado de frustración. 

Según M. Harris la Cultura: “modos socialmente adquiridos, transmitidos y compartidos de pensar, sentir y actuar por parte de los miembros de un grupo humano”. 

Si lo biología explica las singularidades de sexo, la realidad social y cultural explica la construcción de una identidad diferencial de género. Esta estructuración social del cuerpo, por una parte afecta a toda nuestra actividad más inmediata ý aparentemente más natural (posturas, actitudes o movimientos más espontáneos) y por otra parte es el resultado no solo de la educación propiamente dicha sino también de la simple imitación o adaptación. 

De acuerdo con A. Buñuel (1994) se pueden agrupar las aportaciones teóricas más relevantes sobre la producción social del cuerpo en 3 bloques: 

  1. “El cuerpo como signo y mercancía de la sociedad de consumo”. El cuerpo aparece dentro de la lógica del consumo narcisista de signos. A través del ejercicio físico no solo se busca estar sano y en forma, sino también buena apariencia, ya que este es un signo que habla de su propietario y puede ayudarlo a mantener un mayor prestigio, como bien saben utilizar los medios de comunicación masivos amparados en la imagen. 
  2. “El cuerpo como lenguaje”. Como sistema semiológico, productor de sentido.
    R.M Birdwistell (1952) concibe la idea de interpretar todos los hechos gestuales con la ayuda de la lingüística, dando lugar a la kinésica, o ciencia del movimiento, donde el cuerpo se estudia como elemento de comunicación.
    E. Goffmann (1987) mediante el llamado “método del dramaturgo”, interpretó la realidad interactiva existente entre las personas, mostrando la semejanza entre la acción real y la acción teatral; y la utilización del cuerpo como fachada, como envoltura para conseguir credibilidad en la comunicación. 
  3. “El cuerpo como lugar de control y de poder”. M. Foucalt (1984), se refiere a “la política del cuerpo”, a la disciplina corporal que se impone desde distintas instituciones: militares, médicos, escolares, etc… al objeto de conseguir un mayor dominio sobre los individuos.
    J. M. Brohm (1982) a punta desde el materialismo histórico que la lógica del cuerpo es la del rendimiento, observando en el deporte y las tendencias expresivas de la actualidad renovadas formas de alienación.
    M. L Knapp señala que la apariencia física del cuerpo es parte de los estímulos no verbales que influye en las respuestas interpersonales, y que en ciertas condiciones son los determinantes principales de tales respuestas. El atractivo físico puede condicionar el hecho de ser visto o no. 

La antropóloga británica M. Douglas (1978) señala: “a un control social fuerte corresponde un control corporal igualmente estricto” Al disminuir la estructuración social, lo hace también el grado de formalismo, aumentando la tendencia de dejarse arrastrar por las modas y el abandono corporal. Señala: “La desarticulación de la organización social adquiere su expresión simbólica en la disociación corporal”… concibiendo el cuerpo como un microcosmos de la sociedad. 

¿DE QUÉ MANERA LO ANTERIOR IMPACTA NUESTRO AUTOCONCEPTO?

HÁBITOS 

Según investigadores de la Universidad de Duke: “Los hábitos representan aproximadamente el 40% de nuestro comportamiento en un día determinado”, y ¿qué es lo que conocemos como hábito? El resultado de una acción que repetimos frecuentemente de forma mecánica, y por lo tanto no requiere que le prestemos atención o esfuerzo para llevarlo a cabo. 

Sin embargo, no todos los hábitos incorporados a nuestro estilo de vida son saludables y al repetirlos perjudican nuestro bienestar. Para modificar un hábito se requiere que la persona tenga conciencia de la necesidad de hacerlo, así como de manera repetitiva ejecutar la conducta alternativa para modificarlo o eliminarlo. 

¿Por dónde empezar?

Es importante reconocer que el comportamiento humano es el conjunto de actos exhibidos por el ser humano (un ejemplo: los hábitos) determinados por la cultura, las actitudes, las emociones, los valores de la persona y los valores culturales, la ética, el ejercicio de la autoridad, la relación, la hipnosis, la persuasión, la coerción y/o la genética.

¿Qué nos dice la cultura? “Siete de cada diez adultos mexicanos sufren sobre preso u obesidad. Esto equivale a 48.6 millones de personas que enfrentan el principal factor de riesgo modificable para el desarrollo de enfermedades crónicas” En algunos casos por enfermedad, en su mayoría por decisión. Si el 70% de los adultos en México tienen sobre peso, sería correcto entonces creer que en México predomina el sedentarismo. 

Una creencia, es una idea o pensamiento que se cree verdadero, seguro y en muchas ocasiones es inconsciente. Afecta a la percepción que tenemos de nosotros mismos, de los demás, de las cosas y de las situaciones que nos rodean. 

El comportamiento está formado de igual manera por valores, los valores son los estados a los que las personas dan importancia, indican algo elevado en la jerarquía de sus intereses, según ellos, juzgarán lo que está bien y lo que está mal, por lo que van a luchar o cambiar y por lo que no. 

El humanismo es una filosofía progresiva que afirma nuestra habilidad y responsabilidad de llevar vidas éticas de desarrollo personal que aspira al mayor bienestar de la humanidad. 

Según la OMS: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” 

Por consiguiente el ser humano aspira a un estilo de vida saludable con la finalidad de alcanzar el estado de bienestar al que aspira. 

Los hábitos saludables son aquellas conductas asumidas como propias en nuestra vida cotidiana y que inciden positivamente en nuestro bienestar físico, mental y social. Principalmente son: la buena alimentación, el descanso y la práctica de actividad física correctamente planificada. 

Como primer punto: la nutrición. La nutrición es un proceso biológico mediante el cual el organismo asimila los alimentos y los líquidos necesarios para el funcionamiento, mantenimiento y crecimiento de las funciones vitales, es decir, conlleva procesos involuntarios, mientras que la alimentación es el acto de comer, totalmente voluntario, uno elige qué comer, cuándo y cómo. 

La buena alimentación es específica según el gasto energético de una persona, el cual toma en cuenta factores como la edad, el sexo, las condiciones ambientales, el tipo de trabajo que realice, el peso, la estatura, si padece alguna enfermedad, etc… 

Como segundo elemento, el descanso. Vital para mantener el cuerpo y la mente en buen estado durante todo el día. Dormir bien es sinónimo de salud. 

Y la actividad física, cuyos beneficios a nivel fisiológico son: aumento de bombeo sanguíneo al corazón, incremento de la capacidad pulmonar, disminución de presión arterial, mejora del sueño, reducción del nivel de grasa corporal, mejora del tono muscular. Y a nivel psicológico: mejora en el autoestima, aumento de la autoconfianza, compensación del exceso de tensión y estrés, disminución de estados depresivos y ansiedad, etc… 

FITNESS

La idea del fitness proviene del campo de la biología, estrechamente ligada a la naturaleza, a la genética y a la teoría de la evolución, dirigida hacia el mundo de lo social. La palabra ha sido transcripta dentro del campo de las ciencias naturales como “aptitud”, “adecuación biológica” o “eficacia biológica”. 

En un diccionario de la lengua inglesa para FIT se indica lo siguiente: “estar adaptado a un fin, objetivo o deseo”, “poseer las calificaciones apropiadas para ser competente”, “estar preparada o listo”, implicado a la persona como un todo, especialmente sus aptitudes. 

En el campo social la expresión hace alusión a los modos en que los cuerpos y mentes de las personas, se adaptan mediante prácticas diversas a entornos sociales que requieren cuerpo “en forma”, listo y preparados, conjugándose en cualidades diversas que van desde la belleza hasta la delgadez pasando por el bienestar y salud.

Según Judith Butler (2002) Management y Fitness son parte de un proceso común de empresarización de la vida, donde el cuerpo producido en el entrenamiento físico se acumula como capital que puede rentabilizarse en el mercado laboral, porque éste último requiere cada vez más de “cuerpos fitness”: ágiles, proactivos y flexibles. 

Los discursos sobre la felicidad y la psicología positiva, parecen compartir un sustrato común con los que operan en el fitness. 

La hipótesis Sam Binkley (2011) indica que los saberes y técnicos desplegados en torno a la felicidad por la psicología positiva constituye una tecnología de gobierno, – esto es, un montaje o ensamblaje híbrido de instrumentos, técnicas, conocimientos y espacios estructurados por una singular racionalidad orientada a ciertos objetivos (Rose, 2003)- que participa activamente en la producción de un nuevo tipo de subjetividad propia”. 

Espacio contemporáneo de producción de cuerpos genéricos, se relaciona con la contención, moderación, auto-control y auto-modificación. El cuerpo rígido, bello, saludable y sexualmente atractivo, es representación e imagen primera para designar lo normal, así los cuerpos diferentes son los otros, los cuerpos del exceso, de la corpulencia, del desbordamiento, cuya corrección se da a través de la adhesión al universo fitness: espacio virtuoso de higienización de cuerpos, de las apariencias y las subjetividades. 

Dada la materialidad del cuerpo biológico, se justifica la inserción, adhesión y permanencia de hombres y mujeres en diferentes prácticas corporales y deportivas. En la actualidad se hace más mención de la belleza o figura de una mujer que de sus habilidades 

Bajo el velo de la salud, son los objetivos estéticos aquellos que han empujado a muchas personas para su práctica. La ejercitación corporal, la restricción alimenticia, etc… son estrategias utilizadas que tiene como objetivo diseñar los cuerpos a partir de los contornos culturalmente valorizados en nuestra sociedad. El deporte y la cultura fitness actúan con la exposición de cuerpos que, al exhibirse y ser exhibidos, educan a otros cuerpos, invitan a consumir productos y servicios, ideas y representaciones, expresan emociones, supera límites, crean necesidades, etc… 

El énfasis en la superación y desafío de optimizar la apariencia es una de las fuerzas que sustenta la sociedad del hiperconsumo, identificada por Lipovestksty (2007) como una fase de la mercantilización moderna de las necesidades, cuyas bases están ancladas en una lógica des institucionalizada, subjetiva y emocional. La publicidad que circula en la sociedad de hiperconsumo, lleva a la búsqueda de una belleza prometeica, es decir, son estrategias que operan en la generización de los cuerpos y sus apariencias. Las promesas de felicidad agregada mueven nuestros pensamientos, sueños, deseos, fantasías y literalmente nuestra materialidad biológica. Sin embargo, esta percepción puede traer daños emocionales y psicológicos, ya que tales prescripciones operan en el sentido de la reiteración de imágenes disonantes que demuestran que el cuerpo al mismo tiempo que es de uno, no nos pertenece. 

“It is only through the body-in-practice that the experience and meaning are generated for the practitioner” (Zarrilli, 1995). Se asiste al gimnasio para poder asistir/sere n la playa, el trabajo, etc… Poder seguir siendo alguien al performar permanentemente. Se materializa a partir de dos mecanismos: la organización del espacio físico y el control expresivo. 

El estado físico materializa cuerpos, así como los cuerpos construyen espacios físicos y sociales. 

El control excesivo (Goffman, 1994) a partir de tecnologías, prácticas y saberes. Existen normas sobre el comporamiento de los usuarios, así como saberes centrados en la construcción de la corporalidad: nutrición, salud, uso de atuendos especializados para ejercitarse y tecnologías corporales para el ejercicio físico. El sujeto ideal de la postmodernidad (body fitness) disputa poder, acción y conocimientos con cuerpos/sujetos obesos, infantes, ancianos, bulímicos, anoréxicos, vigoréxicos, etc… El ideal del fitness valora la diferencia femenino/masculino del cuerpo, en el marco de límites permanentemente negociados. 

MENTE – CUERPO 

Consciencia: conocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mismo, le permite darse cuenta de que es y está en el mundo. 

Conciencia moral: capacidad humana mediante la cual los seres raciones perciben o conocen el bien y el mal, lo que les permite tanto evaluar y dirigir sus conductas morales, como juzgarse a sí mismos y remite al descubrimiento y aceptación de los valores que deben “guiar” el comportamiento humano.

Ejercicio y expresión de una reflexión sobre la integridad personal, la relación entre una cierta conducta con implicaciones morales y las propias convicciones morales. Las consecuencias que tiene para la integridad del sujeto llevar algo a cabo, en otras palabras, tiene que existir una armonía entre lo que se piensa, se dice y se hace. 

Al igual que la consciencia “…las alegrías y tristezas, memorias y ambiciones, el sentido de la identidad personal y libre albedrío, no son más que el comportamiento de un vasto armazón de células nerviosas y moléculas asociadas” Hay elementos para afirmar que ciertos fenómenos mentales pueden afectar al cuerpo y que, a su vez, ciertos fenómenos corporales pueden afectar a la mente del sujeto. 

Desde una perspectiva racional se ha conceptualizado a la mente como un conjunto de actividades y procesos psíquicos especialmente de carácter cognitivo que incluye sensaciones, percepciones, pensamientos, memoria, imaginación y creencias, así como voluntad, es decir, intenciones, decisiones y propósitos. Además a la mente pertenecen los deseos, sentimientos, estados de ánimo y la conciencia. Se incluyen también la inteligencia y el raciocinio. 

Thomas H. Huxley en su obra “métodos y resultados” sostiene que: “En nosotros, todos los estados de conciencia son causados de manera inmediata por cambios moleculares de la sustancia cerebral. Nuestras condiciones mentales son simplemente los símbolos (representaciones) en la conciencia, de los cambios que tienen lugar automáticamente en el organismo. El sentimientos que llamamos intención, no es la causa de un acto voluntario, sino el símbolo de un acto del cerebro que es la causa inmediata del acto. En otras palabras, los procesos mentales son expresiones de la funcionalidad del cerebro”. 

El conductismo señala que las conductas humanas solo pueden describirse. Las diferencias entre los llamados estados mentales, son solamente las diferencias entre patrones de conducta. Los términos que se usan para referirse a “lo mental” como arrogancia, sufrimiento, envidia, felicidad, odio, etc… carecen de sentido si no tienen un referente empírico, es decir, una conducta observable. Determina cómo funciona el cuerpo al producir conductas que describimos con términos mentales como dolor, alegría, preocupación, etc… y propone una psicología avanzada que pueda establecer leyes que conecten estímulos y respuestas en todas las fases de la conducta humana, desarrollando una fisiología que señale cuales son los enlaces nerviosos entre ellos. 

La historia de la ciencia, en lo referente al conocimiento del hombre, ha demostrado que es posible tener una idea objetiva de la realidad en la medida en que se perfeccionan la metodología y la tecnología.

INTELIGENCIA DIGESTIVA 

El intestino es sabio y colabora con el cerebro para mantener la salud. Cuidar su funcionamiento resulta esencial en la prevención y tratamiento de las molestias digestivas, enfermedades como la obesidad e incluso trastornos de tipo emocional. 

El sistema digestivo produce hasta 20 hormonas y neurotransmisores distintos. Genera por ejemplo, el 95% de la serotonina circulante en el organismo, un agente que interviene en la regulación del estado de ánimo y del sueño. También produce el 50% de la dopamina, esencial en la capacidad para experimentar placer, sentir emociones o aprender. Las neuronas digestivas y cerebrales se relacionan químicamente y a través del nervio vago. 

Si le llevamos la contraria al intestino con un exceso de control desde el cerebro lo reprimimos para que olvide sus necesidades. Ante una situación estresante, a través de las fibras simpáticas, el cerebro pone en marcha un sistema de emergencia de captación de energía. El intestino comienza a ahorrar energía durante la digestión, produce menos mucinas (proteínas que protegen las paredes intestinales) y reduce su propio riego sanguíneo para que todos los recursos puedan ir al cerebro y a los músculos. Es una buena estrategia temporal, así el cuerpo está preparado para luchar o huir. De manera que si el intestino funciona bajo mínimos durante demasiado tiempo, la calidad de la mucosa intestinal comienza a deteriorarse y las bacterias que la habitan se alteran, comienzan a generar productos químicos tóxicos, que a su vez influyen sobre el cerebro y aumenta el estrés. 

Incluso se ha visto que cuando la comunidad de microorganismos se desequilibra y comienzan a predominar un tipo de bacterias y a desaparecer otras, puede favorecerse la aparición de trastornos como el Parkinson, Alzheimer e incluso algunos tipos de autismo. 

Se sabe que la diversidad y bienestar de la microbiota se favorece con una alimentación rica en alimentos vegetales. El consumo de probióticos, el ejercicio físico y la relajación, ayudan a las bacterias intestinales reduciendo el estrés, ya que este, los antibióticos y muchos medicamentos representan una amenaza para su equilibrio. 

BIBLIOGRAFÍA

SOBRE LA IMAGEN CORPORAL 

HABITOS Y COMPORTAMIENTO 

FITNESS 

CONEXIÓN CUERPO – MENTE 

SALUD 

La Dieta y Las Emociones

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LA DIETA Y LAS EMOCIONES 

DIET AND EMOTIONS 

PAULINA KAUFFMANN GONZÁLEZ 

RESUMEN

El siguiente artículo introduce una idea de la forma en como el conjunto de factores que afectan al estado de ánimo durante la realización de una dieta, trabajan. La motivación en ocasiones pareciera no ser suficiente, y responder porqué, es tarea de esta investigación. 

Palabras clave: emociones, déficit calórico, psicología, anatomía, dieta. 

INTRODUCCIÓN

Ponernos metas siempre será importante, mantener la mente curiosa y ocupada, el cuerpo activo para alentar el proceso de envejecimiento. Sin embargo, en ocasiones y a pesar de nuestro mayor esfuerzo, no logramos alcanzar nuestras metas. El por qué sucede esto, se explica a continuación. 

En nuestro país, la alimentación es más que otra cosa un acto social. “Es un estilo de vida que proporciona al individuo una identidad que favorecerá su integración o inadaptación al grupo” (1). Las salidas con los amigos, las reuniones familiares, los días festivos, engloban lo que la cultura nos ha enseñado en cuanto a la alimentación por lo que se vuelve complicado romper esos patrones. 

Por otro lado, cuando nos ponemos a dieta solemos cambiar nuestros hábitos de manera abrupta y repentina. El cuerpo, al no estar acostumbrado a esto alega a su manera. “En condiciones normales, el cerebro humano consume el 20% del oxígeno que necesita nuestro cuerpo para funcionar. Este funcionamiento exige ni más ni menos que el 25% de la glucosa total que precisamos a diario, a parte del papel que desarrollan otros múltiples nutrientes.” (1) Enfocando la atención al cerebro, y con la información descrita anteriormente, podemos entender que el cerebro funciona de manera “adecuada” obteniendo su energía de lo que ya está acostumbrado, en el caso de un déficit calórico, al obtener el 25% de la glucosa total diaria pero ésta siendo menor de lo usual, no se permite el “normal” funcionamiento del cerebro, sino hasta que este se acostumbre a lo consumido actualmente. 

Esta falta de costumbre puede afectar la motivación que el individuo tenía al momento de empezar su cometido. “La percepción subjetiva del apetito puede aparecer antes de la necesidad fisiológica de nutrientes, incluso sin la presencia de hambre”. (1) “Las características estimulantes y nutricionales de los alimentos, producen la sensación de apetito. Las emociones sobre el apetito, ya sea para facilitar la ingesta de determinados alimentos o para modular emociones positivas o negativas, condicionan sustancialmente este comportamiento”. (1)

Las emociones tomarán el control de la situación si nuestro condicionamiento ya está ligado a lo que la alimentación puede hacer por nosotros en el aspecto emocional. Es decir, el cerebro y su razonamiento, podrá verse afectado por la influencia que generan las emociones por encima de la situación. 

“Se ha planteado el apetito específico por nutrientes esenciales para el cuerpo o de las que carece circunstancialmente. En la ingesta de los nutrientes también intervienen factores de aprendizaje”. (1)

Nos recuerdan una vez más que la alimentación, gracias a la cultura, ha sido aprendida por el cerebro de forma específica y esto no necesariamente beneficia nuestros objetivos. Esto nos lleva a qué es lo que hace la alimentación por nosotros. Según lo aprendido, la alimentación trabaja para el “Sistema de Recompensa Cerebral” trabajando en el hipotálamo alterando los centros de hambre y saciedad, ya que emociones como el amor o la amistad, en ocasiones se demuestran a través de algo para ingerir. El sistema de recompensa, será un específico que producirá placer en el cuerpo, con la finalidad de mantener el equilibrio corporal. “La recompensa consecuente a la realización de una conducta, conlleva al organismo a tender a repetir dicho comportamiento en el futuro. La fuerza de la recompensa predice la frecuencia e intensidad de la conducta posterior” (1). 

“La insulina es precursora de serotonina, y por tanto, el consumo excesivo de azúcar provoca un rápido aumento de serotonina, seguida de una bajada de los niveles de la misma. Por eso, los alimentos con azúcar proporcionan una rápida sensación de placer, pero después le sigue un sentimiento de tristeza, culpabilidad y otras emociones negativas. Alterar con los hábitos alimentarios de esta manera la producción de serotonina acaba mermando la capacidad de producir esta hormona de forma natural”. (1)

Queremos el placer inmediato y al conseguirlo, la siguiente vez será más difícil alcanzarlo ya que el cuerpo comenzará a acostumbrarse al estímulo y generará una adaptación al mismo. De igual forma, posteriormente se creará la dependencia de dicho estímulo para poder experimentar bienestar. 

El objetivo principal para poder combatir este tipo de conductas desadaptativas será, en primer lugar, la normalización de la comida. El entendimiento de la alimentación desde un punto de vista fisiológico y no emocional. Es por ello que se debe de definir el siguiente término: “La “alimentación emocional”, se define como aquellas conductas alimentarias influenciadas por las emociones y estados de ánimo de las personas, en las que se utiliza una dieta o se consumen determinados alimentos para paliar procesos psicológicos, por ejemplo, la ansiedad. Es importante identificar la relación existente entre nuestro estado emocional y la ingesta de alimentos”. (2)

Existiendo un término para nombrar esta conducta, es sólo lógico suponer que esto sucede más de lo que debería, ya que desafortunadamente en la actualidad, el estrés y la ansiedad forman parte importante en la respuesta de los individuos al medio. Por lo que para reducir este comportamiento, es importante poder diferenciar entre el hambre fisiológico y hambre emocional. “El “tener hambre” se refiere a la situación fisiológica en donde existe la necesidad de un alimento. Sin embargo, el “sentir hambre” es la acción de comer para consolar o silenciar una emoción. El hambre real, aparece en la boca del estómago, se satisface con cualquier alimento, aporta saciedad y se come hasta estar saciado. El hambre emocional, es repentino, se siente en la garganta como un vacío, se requiere un alimento específico, genera sentimiento de culpa, se come más de lo que normalmente.” (3)

A partir de este momento contamos con el conocimiento necesario para poder reconocer esta conducta en el momento en que aparezca, sin embargo, esto no significa que podremos luchar contra el impulso, esto sucede por lo siguiente:  “La razón por la que las personas con problemas emocionales suelen ir en busca de comida para sentirse mejor es porque muchos alimentos incluyen triptófano, un aminoácido que provoca la liberación de serotonina. Los niveles bajos de serotonina se asocian a la depresión y la obsesión. Los alimentos ricos en este aminoácido actúan como antidepresivos naturales.”(4)

Al reconocer que existe una dependencia química generada por factores emocionales en cuanto a la percepción de la comida, quizá sea más sencillo utilizar la fuerza de voluntad con la finalidad de minimizar la intensidad de estas sensaciones y el control de estos impulsos. Sin embargo, contamos con otro tipo de herramientas para esta regularización.

“Dos elementos importantes que intervienen en el proceso de regulación emocional, son las reevaluación cognitiva y la supresión. La primera, es una estrategia de regulación emocional centrada en transformar el impacto que la emoción tendrá en la persona. Esto se logra a través de la modificación de los procesos previos a la respuesta emocional, cómo tomar control sobre una situación que produce malestar; enfocar la atención en otra actividad; o por medio de la reinterpretación de la situación u otros elementos adversos que despierten emociones negativas. La segunda, consistiría en una estrategia de regulación centrada en controlar los aspectos conductuales e impulsivos de la respuesta emocional, sin repercutir en el impacto, efecto o naturaleza de la emoción”(5)

El alcanzar un estilo de vida saludable se ha visto afectado por muchos factores, como por ejemplo los medios de comunicación masivos, las grandes corporaciones dedicadas a la comida “chatarra”, etc… Sin embargo ahora conocemos las herramientas existentes para combatir esta influencia tan bien implementada por la mercadotecnia que afecta directamente al inconsciente, ya que, de lo contrario nuestras metas y desarrollo personal se verán siempre afectados, arrojando frustración y tristeza en el individuo. La realización de nuestros objetivos es parte fundamental para la felicidad del ser humano. 

Ahora sabemos que tanto la cultura como la biología actúan en nuestra contra cuando queremos modificar hábitos relacionados a nuestro salud, sobre todo en el ámbito alimenticio. La regularización de las emociones a través de la racionalización de la conducta será el primer paso para la modificación de las mismas y por ende el alcance de nuestros objetivos.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Rodríguez Romero, D. Alimentación y emociones. Una sinergia fundamental para nuestro bienestar. Projecte FInal del Postgrau en Educació Emocional i Benestar. Barcelona Universitat de Barcelona. Dipósit Digital: http://hdl.handle.net/2445/118538
  2. Martínez, Pilar. Aesthesis Psicólogos Madrid. psicólogosmadridcapital.com/blog/psicologia-y-nutricion. 2018
  3. Martínez Bejar, Verónica. Hambre real VS Hambre emocional. Revista Sanna. Julio 2019. http://ginutrición.com/wp-content/uploads/2020/04/Hambre-real-vs-Hambre-emocional-Articulo-SANNA.pdf 
  4. Servirán Franco, Fátima. ¿Cuál es el vínculo entre emoción y alimentación?. La mente es maravillosa. 2020. http://lamenteesmaravillosa.com/cual-es-el-viculo-entre-emocion-y-alimentacion/
  5. Herrera Kalincausky, Doana. Ansiedad por la comida, regulación emocional y afectividad en universitarios. Pontificia Universidad Católica del Perú. Facultad de Psicología. Lima. Junio 2019. 

Indicios de claustrofobia

La definición de claustrofobia dice: “Temor obsesivo a espacios limitados”. Si eres claustrofóbico como yo y alguna vez has experimentado un mínimo ataque de nervios por encontrarte en un lugar reducido del cual no puedes salir, quizá te puedas relacionar al descubrir que es inevitablemente el cuerpo el que sufre, independientemente si la mente se controla.

Bien se sabe que el estrés es una codician que puede afectar al sistema inmunológico, bajando las defensas. Si esto sucede, cualquier estímulo negativo externo nos podría crear enfermedad.

Ahora, estamos viviendo un momento extraño. Al cual nos adaptamos gracias al bombardeo del mismo, sin embargo lo sufrimos también.

Si complementamos nuestras creencias con las leyes del Universo, el principio de correspondencia indica: “Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”. En lo exterior, el cuerpo nos indica que sufre cuando se le limita a un espacio reducido del cual puede no salir. La claustrofobia mental puede relacionarse con lo mismo. El cuerpo es solo un elemento que le indica a la mente que es libre, si el cuerpo se limita aún por razones justificables como digamos, un virus, la mente a pesar d saberse libre, sufre sus limitantes.

Las ideas son libres, el cuerpo limitante. Sin embargo se complementan, lo que significa que si uno se limita, el otro estará propenso a actuar de la misma manera. Es importante aprender a convivir con un cuerpo limitado y una mente libre. Las ideas son tan poderosas que regirán nuestro comportamiento.

Tu como convives con eso?

La historia del hombre del metro en la sección de mujeres

Hoy, después de unas cuantas horas de mentalizarme, ahorré unos pesitos y en lugar de Uber, caminé hacia el metro, destino: gimnasio.

El proceso es el siguiente: salir de mi aposento, caminar unos cuantos metros hacia la izquierda, llegar a la esquina, cruzar la calle, izquierda otra vez, esperar la van que va al metro mas cercano, metro 1, 4 estaciones, bajar; metro 2, 2 estaciones, bajar.

Toda la información anterior es importante porque justifica las 3 o 4 horas de mentalización pre decisión.

Retomando la historia, al llegar al metro, opté, por primera vez, dirigirme hacia la sección exclusiva para mujeres y niños. Unos cuantos minutos después, llegó el metro que me llevaría hacia la primera parada de mi destino final.

Justo en el momento en que se abrió la puerta y entré, noto que un “chavo” con algún tipo de síndrome, es “correteado” a través de los vagones por un policía, puesto que el individuo había decidido querer viajar en los vagones destinados exclusivamente para mujeres y niños. El policía logró que el personaje en cuestión se pasara a los vagones permitidos y lo “deja ahí”. El policía bajó del vagón, el metro se puso en movimiento.

2 minutos después, el individuo regresa al vagón en donde alrededor de unas 20 mujeres nos encontrábamos. La reacción de todas conforme pasaba era de espanto o desapruebo. Yo he de confesar que no pude moverme más rápido cuando vi que se acercaba y pasaría por donde yo me encontraba. El individuo llegó a un asiento desocupado y se sentó.

Cuando todas empezamos a voltearnos a ver, se desprendía cierto aire de “perrez” y miradas de decisión de atacar en caso necesario…. En la parada siguiente, el individuo se bajó corriendo pidiendo mil disculpas. El policía de dicha estación lo miró con desapruebo. La vida siguió.

Es hasta cierto punto “agradable” saber que las personas buscan unirse en caso de ser necesario. Es desafortunado y triste notar como ya no procuramos beneficiar con la duda, como ya ni siquiera lo intentamos, como ya ni queremos hacerlo.

El “chavo” pudo haber tenido miedo también de la sociedad dada su enfermedad y no encontró otra opción más que refugiarse en quienes el estereotipo le permite saber “no le harán daño”. Pudieron haber sido muchas cosas, pero el día de hoy, en esta ciudad, en esta sociedad,y como el relato de mi día, damas y caballeros con ustedes… “El hombre opresor”.

La Fatiga del Cambio

THE FATIGUE OF CHANGE

 

PAULINA KAUFFMANN GONZÁLEZ

 

RESUMEN

El artículo presenta una serie de factores que en conjunto, imposibilitan el cambio consciente de actitudes que cualquier persona pudiese considerar debe realizar, para alcanzar lo que es para ellos “la vida ideal”. Integra aspectos tanto psicológicos como alimenticios, que al relacionarlos presentan un panorama tan amplio como explicativo del tema.

Palabras claves: cambio, aspectos psicológicos, actitudes, alimentación

ABSTRACT

This article presents a series of factors that together, make impossible the conscious change of attitudes which any person may consider must do to accomplish what for them could be “the ideal life”. It integrates both psychological and nutritional aspects, which by relating them presents a wide and explanatory panorama about the subject.

 

Key words: change, psychological aspects, attitudes, nutrition

 

INTRODUCCIÓN

Es indispensable considerar el cambio en cualquier punto de nuestras vidas, sobre todo en momentos en los que sabemos es necesario adaptarnos. Sin embargo, el deseo del cambio no solo se presenta en situaciones traumáticas extremas, sino también en el día a día de todas las personas que han descubierto actitudes propias que si pudiesen cambiar o mejorar, los haría sentir más felices.

El cambio sin embargo, aun siendo necesario, es muy difícil. Se conocen historias de personas lo suficientemente ya sea fuertes, afortunadas o consistentes, que han alcanzado sus sueños y han logrado demostrar lo que sucede cuando uno lucha por lo que quiere. Dichas historias no significan que no seamos todos lo suficientemente especiales para brillar, pero sí pudiesen explicar a través de la continuidad de situaciones, que más depende el cambio de un escenario completo, que de azares del destino.

En la actualidad, empieza a sonar cada vez más la ideología de salud integral, la cual no permite dejar de lado ninguno de los aspectos que conforman al ser humano para su óptimo desarrollo. Aspectos físicos, psicológicos, alimenticios, hormonales así como situacionales, conforman el escenario completo para que cualquier persona pueda en realidad emitir un cambio ante las situaciones que le afecten en la vida.

Considerando necesario conocer todas y cada una de las herramientas que puedan trabajar a nuestro favor para lograr los cambios deseados, se presenta este artículo, esperando demostrar la difícil situación en la que se encuentra la humanidad ante todo lo que lo obstaculiza para poder ser quién en realidad es.

Actualmente vivimos una situación preocupante en todo el mundo, empezando por nuestro país. Situaciones constantes de violencia y hambre proyectan un mundo de negatividad que no permiten el avance y desarrollo de las personas. “Observamos que hoy el ser humano se relaciona por lo común con su prole, desde el principio de la vida de esta hasta la madurez, de una forma antiecológica, al no satisfacer suficientemente o reprimir incluso las necesidades naturales, imponiendo conductas basadas en el miedo y la violencia, dentro de modelos familiares y escolares que priman el individualismo y la competitividad. Ello genera un sistema defensivo psicocorporal o “coraza caracteromuscular” que, si bien protege al niño del sufrimiento emocional, en la edad adulta le priva del contacto interno con sus necesidades y potencialidades naturales; entre ellas su capacidad de autorregulación, de amar y de cooperar con los demás, atrofiando a su vez el sentimiento de pertenencia o conciencia ecológica”. (Serrano, 2013)1.

El constante bombardeo de actitudes violentas ante cualquier situación, de pensamientos negativos; la preocupación por defendernos ante la vida, de poder sobresalir, son algunas de las razones que no nos permiten basar la balanza en actitudes positivas. Pues ¿Cómo podría uno recordar siquiera que se puede? Si el mundo no nos lo permite, al mantener e intensificar la violencia.

Diversas gráficas demuestran cómo a través del tiempo la violencia se ha intensificado. En los últimos años las estadísticas muestran que han disminuido las muertes, muy posiblemente esto sea a partir de la mejora en seguridad pública o incremento de la corrupción y no necesariamente por el cambio de conciencia de las personas.

Quizá a partir de esto, sea apropiado preguntarnos ¿Cómo podemos ayudar a los demás a crecer y desarrollarse para ser la mejor versión de sí mismos? Enfocándonos en lo positivo, erradicamos lo negativo. La violencia se toma en general  y en todos los aspectos en los que se pueda considerar exista violencia.

Si tomamos en cuenta que todo juega en nuestra contra para que podamos desarrollarnos y ser la mejor versión de nosotros mismos, tal vez debamos preguntarnos ¿Por qué sucede esto? Bueno, la realidad es que nadie nos enseñó a vivir y sin saber de qué y cómo estamos constituidos, se vuelve imposible explotar dicha información.

La ciencia ha permitido que el día de hoy conozcamos la constitución física de nuestro cuerpo, las funciones eléctricas del cerebro y comienza a explorar lo que conforma la psique del ser humano, razones por las cuales entendemos mejor al hombre en la historia y podemos modificar, así como idear, el presente.

“Nuestro organismo dispone de un sistema auto curativo que, entre otras muchas funciones, produce, en dosis precisas y en el momento adecuado, sustancias con propiedades antidepresivas o inmunomoduladoras. Sin embargo, y puesto que todas las células de nuestro cuerpo viven interconectadas en nuestro océano interior, los pensamientos angustiosos, de inseguridad o temor que a veces tenemos pueden interferir en la coordinación de nuestro cerebro con los sistemas nervioso, inmunitario y endocrino, alterando o impidiendo la tarea de curación. En el otro plato de la balanza, las emociones y pensamientos constructivos contribuyen positivamente en estos procesos auto curativos.” (Chopra, 2013)2

Nos dicen ahora que todo dependerá de los pensamientos. Eso suena sencillo. Sin embargo, los pensamientos suelen ser lo más difícil de controlar; las emociones nos impulsan a reaccionar como la experiencia nos permite. No es tan sencillo. ¿Por qué no somos todos emprendedores, entusiastas y exitosos? Si nuestro desarrollo tan solo constituyera del mejor esfuerzo en mantener pensamientos positivos ¿Por qué el “mejor esfuerzo” no es suficiente? ¿Por qué pesa y fatiga cambiar?

Lo primero que debemos de entender es que usualmente no nos encontramos en control de lo que hacemos, inclusive de lo que pensamos. No somos capitanes de la mayoría de nuestras reacciones ni de nuestro comportamiento. “El biólogo Bruce Lipton escribía sobre el conflicto entre los deseos de nuestra mente consciente y las “grabaciones” de nuestro subconsciente, el cual, según los neurocientíficos controla entre el 95 y el 99% del comportamiento. Desde entonces se han desarrollado técnicas, como la llamada Psych-K, que, mediante señales energéticas, permiten conectar con el subconsciente para transformar creencias que limitan o bloquean” (Sn, 2013)3. “Bloquean”, como si hubiese una pared entre nosotros y nuestras decisiones y acciones que no permiten tomemos las riendas, al grado de, en algunas ocasiones, siquiera saber que esto sucede.

Existen formas de reconocer que sucede algo con nosotros que no está del todo bien, y no es siquiera necesario tener conciencia de cómo los pensamientos negativos nos afectan, dado que dicha representación se manifiesta a nivel físico, y una vez que se vuelve físico, se convierte en un grito de ayuda. El interior se comunicará por medio del exterior.

Por señalar un ejemplo, tomemos en cuenta los cambios hormonales que vivimos las mujeres a través del tiempo. Sabemos que las mujeres tenemos ciclos menstruales los cuales funcionan en gran parte gracias a las hormonas.

“Todo lo que hagas, digas, pienses o sientas afecta a tus hormonas” (Baxter, 2015)4. Si consideramos esta información, podemos deducir que no depende únicamente de la complexión o genética de cada persona, sino también de su comportamiento en relación con su entorno, la manera en cómo se comporte su cuerpo. “El síndrome premenstrual es una señal que nos dice que estamos en un punto de desequilibrio.”4 El propio cuerpo demuestra que algo no está funcionando adecuadamente en relación a nuestras acciones, pensamientos y sentimientos.

Existe un sinfín de maneras cómo el cuerpo manifiesta un desequilibrio, en su mayoría a través de malestares, a un nivel mayor, por medio de enfermedades. Desafortunadamente, el ser humano basa sus prioridades según su necesidad, generalmente y por muchas razones, la que resulte más inmediata, por lo cual un malestar, aun siendo una manifestación de que algo anda mal, no es lo suficientemente relevante para prescindir de todo lo demás que a niveles tanto químicos como sensoriales, nos ofrecen satisfacción, de preferencia de la manera más rápida posible.

Lo anterior se manifiesta en la falta de congruencia entre lo que queremos y lo que en realidad hacemos en la vida. Escuchamos las recomendaciones básicas de lo que debemos de hacer para “sentirnos bien”, pero no nos mencionan que las mismas, son necesidades básicas para el entero desarrollo de nuestra vida. “Cuando las hormonas producen síntomas incómodos indican que algo está fuera de balance. La acupuntura, el ejercicio, la meditación  y comer según tu complexión ayudarán a aliviar los trastornos hormonales”4.
Últimamente dichas recomendaciones suelen ser la solución para básicamente todos nuestros males.

En el momento en el que una persona recibe un impacto que la motiva a cambiar su vida, decide emprender soluciones personales que lo curarán del mal que padezca. La motivación es tal, que inclusive la persona puede modificar su comportamiento por un tiempo, sin embargo, sucede algo incomprensible a simple vista que no le permite continuar. “Los pequeños cambios o las grandes transformaciones son nuestra forma de evolucionar y desarrollarnos. Es una readaptación necesaria y natural al entorno cambiante. Sin embargo, nos resistimos a menudo y nos aferramos a las seguridades del presente, por inconsciencia, soberbia, desidia o tristeza. Revertir estas actitudes nos permitirá cambiar de forma positiva”. (Rabbani, 2013)5.

Ahora conocemos que existen diferentes factores que rigen nuestro comportamiento incluso a nivel inconsciente, incluso cuando existe un deseo de cambio. La humildad tomará partido en la toma de decisiones, ya que únicamente reconociéndonos, podremos saber si tomamos la decisión adecuada a lo que sería el camino más óptimo para nuestro constante desarrollo, dado que, “Otra barrera interior que nos paraliza psicológicamente es el temor a perder el equilibrio y la estabilidad que habíamos alcanzado, a abandonar el status quo de lo conocido. Los dichos populares reflejan este tipo de resistencias con expresiones como “Más vale malo conocido que bueno por conocer”. Tan erradas estrategias de afrontamiento nos crean la necesidad de desarrollar mecanismo de defensa como la soberbia: al sentirnos cuestionados por la forma de proceder de otros, que personifican la transformación que nosotros no estamos siendo capaces de originar, reaccionamos mostrándonos convencidos de no necesitar ningún cambio.”5.

Es indispensable reconocer todos los estímulos a los que estamos ligados y por los cuales solemos reaccionar, ocupando así la energía que pudiese ser utilizada en realizar cambios en pro de nuestro bienestar.

“Conceptos como “resistencias al cambio” o de “cambiar sin cambiar nada”, esta terminología hace referencia a las dificultades que, con cierta frecuencia, tienen las personas para promover su desarrollo personal y afrontar con una solvencia creciente lo que ocurre en su entorno”5.

Se entiende entonces que no es culpa de nadie, sino más que falta de convicción para la aceptación. “A la mayoría de las personas les cuesta imaginar una evolución futura y aceptar que su situación puede ser distinta en unos años: “Creer que acabamos de llegar a la cima de nuestra evolución personal nos hace sentir bien”, asegura uno de los investigadores, mientras que pensar que el ahora es efímero nos causa ansiedad. Aceptar que vivimos en la dimensión del cambio y jugar con la imaginación a crear una realidad que está por venir pueden ayudarnos a superar la ansiedad por el futuro” (Sn, 2013)6.

Todo suena muy bien, ¿Cómo podemos empezar? Quizá por la energía.

Si hacemos un resumen de lo que hasta el momento viene siendo la vida, la manera como se constituye el entorno de ella, y el continuo bombardeo de enfocar la motivación en conseguir la supervivencia, resulta obvio que para realizar cualquier “extra” requerimos de energía. La mente, como cualquier otro órgano, requiere de energía para funcionar y requiere de aún más energía para funcionar correctamente. La nutrición se define como “El conjunto de procesos biológicos, psicológicos y sociológicos, involucrados en la obtención, asimilación y metabolismo de los nutrimentos por el organismo. La nutrición es fundamentalmente un proceso celular que ocurre en forma continua, y está determinado por la interacción de factores genéticos y ambientales”. (Vega, Iñárritu; 2010)7.

A nivel celular requerimos de forma continua de dichos procesos para funcionar. La fuente que permite que todos los procesos se realicen de manera correcta es la energía, la cual se transmite al organismo a través de la alimentación.

“La alimentación es el conjunto de procesos biológicos, psicológicos y sociológicos relacionados con la ingestión de alimentos, mediante el cual el organismo obtiene del medio los nutrimentos para satisfacer sus necesidades biológicas, intelectuales, emocionales, estéticas y socioculturales, indispensables para una vida humana plena” (Vega, Iñárritu; 2010)8.

La satisfacción de nuestras necesidades será lo que nos permita el desarrollo, ya que únicamente de esta manera nos encontraremos en la situación idónea para permitir nos conozcamos y entendamos lo que podríamos lograr, de conocer la mejor versión de nosotros mismos. Por mínimo, la versión mejor alimentada.

No es secreto que en México el factor económico arroja muy lejos de la realidad la buena alimentación de los mexicanos, y ni hablar en otras partes del mundo. Reconociendo esto y sintetizándolo con todo lo aprendido con anterioridad, resulta coherente comprender porque no todos somos como quisiéramos en realidad ser.

Es cierto entonces que la alimentación será lo que a nuestro cuerpo y mente le den lo necesario para que así, con base en un correcto funcionamiento físico, el mental y emocional pueda de igual manera desarrollarse.

Se dice que el fin último del ser humano es ser feliz. Tomando como base la idea anterior, considerando la felicidad como el pleno desarrollo, sería interesante entender de qué manera se representa a nivel físico lo que es la felicidad.  “Las endorfinas son pequeñas proteínas derivadas de un precursor producido a nivel de la hipófisis, una pequeña glándula ubicada en la base del cerebro. Conocidas también como las hormonas de la felicidad, son sustancias químicas producidas por el propio organismo muy similar a los opioides (opio, morfina, heroína) pero sin sus efectos negativos. Hay alrededor de 20 tipos diferentes de endorfinas distribuidas por todo el cuerpo, parte de ellas localizadas en la glándula pituitaria, y que son las encargadas de hacer posible la comunicación entre las neuronas.” (Bradford, 2015)9

 

RESULTADOS

Parece indispensable para un óptimo desarrollo la correcta comunicación entre nuestras neuronas. ¿Qué capacidades podríamos desarrollar de “alimentar” en todos los sentidos a nuestras neuronas?  “La producción de endorfinas puede estimularse mediante ejercicio físico, actividades de ocio, una vida relajada y una alimentación equilibrada a base de alimentos de vibración moderada, sin altibajos energéticos: cereales integrales, proteínas vegetales y pescado, semillas y frutos secos, verduras y frutas locales y de temporada, algas, condimentos  y endulzantes naturales, pero siempre cocinados de forma sensorial, atractiva y apetecible…… – El consumo regular de estos alimentos nos creará bienestar, endorfinas (sustancias que también poseemos en nuestras células, que se generan con un estado de bienestar y equilibrio interior) y una conexión más honesta y verdadera con nuestras necesidades. Así podremos escuchar más de cerca los mensajes de todos nuestros cuerpos (físico, mental, emocional) y equilibrados de forma más consciente y simple.” (Bradford, 2015)10

 Una vez más retomamos la alimentación, llevando los procesos energéticos a funciones hormonales, los cuales determinarán nuestro funcionamiento cerebral proyectándose a través de nuestro estado de ánimo y por consecuencia nuestra actitud ante las acciones que debemos realizar para alcanzar nuestras metas a través del cambio.

A falta de endorfinas y aumento de malestares, se entiende difícil conseguir la correcta actitud para modificar nuestro comportamiento en función de realizar cualquier cambio. “Todos conocemos, por experiencia propia, los efectos paralizadores de la preocupación, que puede anular nuestra capacidad de concentración y la facultad de tomar decisiones. Pero aún hay más: las úlceras, la hipertensión, las afecciones cardiacas, la artritis, el asma, el hipotiroidismo e, incluso, las caries dentales pueden ser consecuencia directa de las emociones negativas sostenidas en el tiempo, del mismo modo que lo son la frustración, la ansiedad, el miedo, el odio, la amargura, la rebeldía o la desesperación. En palabras de Alexis Carrel, premio Nobel de Medicina, “quienes conservan la paz interior en medio del tumulto de la ciudad moderna son inmunes a las enfermedades nerviosas y orgánicas”. (Sn, 2013)11

Y volvemos a empezar. Siendo la paz interior el resultado de nuestros pensamientos, sabremos como retomar el camino hacia el cambio y el conseguir alcanzar metas a través de nuestro desarrollo que nos da como resultado la felicidad o paz interior.

 

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

La idea del cambio, puede motivarnos a considerarlo a gran escala, sin embargo; es importante comprender los factores tanto externos como internos que pueden afectar dicha decisión, los cuales nos inhabilitan en el proceso. Es ahí cuando podemos reconocer la fatiga que ocasiona el cambio.

El efecto dominó que nuestras acciones positivas generarán, dará lugar una vez que empecemos a realizarlas. Ahora sabemos de qué manera podemos empezar y ésta es: la alimentación. La buena o mala alimentación determinará en gran parte nuestro comportamiento, proyectándose en nuestro desarrollo o la falta del mismo. Reconocemos también de qué manera la falta de energía limita el óptimo funcionamiento de los procesos biológicos que determinan nuestras capacidades, tanto físicas como mentales.

Suponiendo que una persona comprende esto y empieza un cambio consciente en su alimentación, el supuesto indica que la vida de la persona mejorará gracias a su desarrollo personal, el cual conlleva distintos aspectos, tales como los emocionales, los cuales de igual manera se determinan con base en la ingesta alimenticia así como el estilo de vida que una persona lleve.

La fatiga no puede únicamente considerarse a nivel físico, ya que existe también la mental y la emocional. Aspectos que según las definiciones anteriores también se toman en cuenta al considerar la alimentación.

A partir de este primer punto a realizar y de su continuidad, se deberá entonces comprender el tema de equilibrio para todos los aspectos de la vida. Sobre todo cuando se estima se tendrá la energía necesaria y el correcto funcionamiento físico y mental para realizar todo cambio necesario, según el muy particular aspecto del cual se trate y según el concepto que tengamos de equilibrio con base en el conjunto de impresiones personales que consideremos totalitarias, para  fungir en función de nuestro completo desarrollo.

El conjunto de esta información permite considerar que cualquier persona podría, a partir de los factores anteriores, desarrollarse al punto más alto de su capacidad.

Sería interesante conocer las maravillas que pueden surgir de la mente y la actitud de todas y cada una de las personas del mundo, a sabiendas de que dichas ideas surgen de la mejor versión de cada uno, teniendo como muestra de ello su desarrollo, a través de la satisfacción de sus necesidades básicas y la propia felicidad aplicada a su vida.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Xavier Serrano. (2013). El valor de la cooperación. Mente Sana, 91, sn.
  2. Deepak Chopra. (2013). Cómo crear salud. Mente Sana, 91, sn.
  3. (2013). Técnicas para romper bloqueos. Mente Sana, 90, sn.
  4. Juliette Lie Baxter. (Octubre, 2015). ¡Ay, las hormonas! Selecciones Best You México, 23, páginas 34 – 36.
  5. Rosa Rabbani. (2013). Vencer los obstáculos para el cambio. Mente Sana, 91, sn.
  6. (2013). Contra la ansiedad, imaginación. Mente Sana, 90, sn.
  7. Vega Franco, Leopoldo. Iñarritu Pérez, María del Carmen. (2010). Fundamentos de nutrición y dietética. México, D.F.: Pearson Custom Publishing.
  8. Vega Franco, Leopoldo. Iñarritu Pérez, María del Carmen. (2010). Fundamentos de nutrición y dietética. México, D.F.: Pearson Custom Publishing.
  9. Bradford, Montse. (2015). La alimentación y las emociones. Barcelona, España: Editorial Océano.
  10. Bradford, Montse. (2015). La alimentación y las emociones. Barcelona, España: Editorial Océano.
  11. (2013). Encontrar soluciones. Mente Sana, 90, sn.